domingo, 30 de agosto de 2009

¿Por qué preguntarse por el sentido de la vida?

Yo no sé si todos pasamos por el momento de reflexionar sobre el sentido de nuestras vidas, es decir, si es inherente a los humanos, pero sospecho que sí. Y qué bueno, porque lo único seguro que tenemos es el final de nuestra vida, y el acercarnos cada día a él, nos debe llevar a preguntarnos si realmente ha valido la pena pasar por este mundo en la manera en que lo hemos hecho hasta ahora, o incluso si valdrá la pena seguir viviendo, ya sea con el mismo tenor con que lo hemos venido haciendo, o cambiando la estrategia que hasta hoy hemos usado.

Y no se me acuse de fatalista, por favor. No estoy afirmando que todo se vaya a acabar algún día, y por ello no valga la pena vivir. Por el contrario: creo firmemente que vale la pena. Pero también creo que en la actualidad es muy fácil distraerse y correr, correr, correr... en ninguna dirección. En otras palabras, creo que no es lo mismo vivir la vida que ir por el mundo.

Sobre esto trataré de ampliar mi parecer en las próximas entradas del blog.

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